viernes, 3 de diciembre de 2010

Una carta más en tu buzón.

Un destino, un amor, una vida.

 El día que te conocí, fue extraño, bueno, tú pensaste que yo era extraño, mientras yo contemplaba tu graciosa belleza. Quedé atónito contigo. Tenía unos 11 u 12 años. Al siguiente día, tal vez, ya ni recordaba.

 Luego, sucedió, Mi mejor amigo nos volvió a presentar, aquí se empezó a escribir nuestro destino.

 Días después volvimos a hablar, y allí comenzó nuestra “algo falsa”  historia de mejores amigos. Claro está, ya tú me fascinabas. Pero tenía muy clara tu relación con aquél tipo de la secundaria. Tal y como tu Mamá lo predijo, no faltaba mucho para que yo te contara mi gran secreto. Cuando te dije que estaba enamorado de ti, no mentí. Primero sentí esa pequeña ilusión que sentimos todos cuando nos gusta alguien, esas mariposas cuando hablamos con ese alguien.

 En ese entonces, todo era tan fácil, como dicen por ahí, era color rosa.

 Jamás imaginé que tú sintieras lo que yo, claro, siempre sospeché algo de ti. Pero jamás fue algo seguro. Hoy en día, cada mañana al despertar, antes de partir al colegio, le agradezco a Dios por ti, le pido a Dios que te cuide, a ti y a toda tu familia. He sentido miles de cosas lindas, tal vez, ni la mayoría entenderías. Muy pocas te he dicho, pienso que el tiempo aún no ha llegado. Pero algún día, sabrás lo que realmente pienso lo que es “esto que tenemos tú y yo”.

 He tenido varias relaciones, tengo un historial de experiencia, pero lo nuestro... Lo nuestro es nuevo, es desconocido. Tú me has cambiado de tal forma en la que, hasta yo me sorprendo de mí mismo, tienes un “yo no sé que” que sinceramente, me hace sentir muy bien. Te amo, hasta tal punto, que eres aún más valiosa para mí, que el mismo Dios, que mi familia y todo mí alrededor. Te has convertido en mí día a día, mis noches de sueño, mis días de anhelo, mi razón de co-existir con éstos seres llamados humanos, que a mi punto de vista, son imperfectos. Para mí, sólo existe un ser perfecto, y ese ser eres tú. Tus Papás, no creen que yo sea el mejor partido para ti, tendré que demostrarles cuánto me has hecho cambiar. Marcaste la diferencia en mí, esto no es algo pasajero, mucho menos de cierto tiempo. Esto es verdadero, algo más allá de lo eterno. Esto que siento, algunos le llaman amor. Hoy en día, yo vivo por y para ti. Trato de hacer un buen camino, uno que de verdad, nos convenga, uno que tus Papás acepten, todo esto, sólo por ti.

 Hoy con toda firmeza, puedo decir: Sé lo que es amar. Me lo enseñaste tú.

 Claro está, me enamoré de ti, y fue ahí cuando de verdad, empecé a entender el porqué de las cosas, la razón de mis días, el porqué yo había venido a este mundo. Sé que mi propósito es hacerte feliz. Y sí para ello tengo que luchar toda mi vida, lo haré, sin miedo alguno pelearé y jamás retrocederé. No le daré descanso a mi cuerpo, mente y corazón, no hasta ser suficiente. Porque te amo, y lo digo en serio. Jamás había dicho tales palabras con tanta sinceridad en mis labios. Tú me has enseñado el valor de las cosas, muchos no saben lo que tienen, hasta que lo pierden, jamás dejaría que te me escaparas de las manos. Nunca cometería el error más grave de todo el existir. Tal ángel, jamás debe ser maltratado, hablo de ti, tú eres mi ángel. Para mí, eres lo más sagrado y puro que tiene éste vago mundo. Quiero vivir el resto de mis días junto a ti, quiero entregarte mi vida por completo a ti. Quiero unirme en matrimonio a ti. Todo en mi entorno, gira alrededor de ti. Tú eres la protagonista de mí día a día, eres la directora de mi vida. Siempre que pueda, estaré ahí para ti. Jamás me marcharé de ti, no por voluntad propia. Ya  no sé lo que es vivir sin ti. No sé lo que es un mundo sin ti.


 PD: "Te amo aún más que todo esto"

No hay comentarios:

Publicar un comentario