sábado, 26 de febrero de 2011

¡Es urgente!

Día 1:
Hola, ¿cómo estás?; espero que muy bien. Te preguntarás quién soy, bueno... Soy aquél chico de la preparatoria, tu primer amor. La cosa es que hoy estoy sufriendo un cáncer terminal y bueno, no había tenido el tiempo ni el valor de decirte que... Lo siento, lo siento por todo y que te amo, te amo como nunca y quisiera volver a verte, espero que respondas lo más pronto posible.

Día 2: Hola de nuevo, ¿cómo te encuentras?; una vez más espero que muy bien, al parecer no recibiste, o simplemente no respondiste mi anterior carta, la cosa es que dentro de pocos días moriré y una vez más te digo que lo siento mucho, que te amo y eres todo para mí.

Día 3: Hola, ¿qué hay de nuevo? ¿Todo bien por allá?; espero que sí, te escribo para que sepas que mañana es el día de mi muerte... La cosa es que "TE AMO DEMASIADO" y que... Sinceramente; eres mi vida. Adiós.

Día 4: Hola, ¿qué tal?; el médico me ha dicho que dentro de pocas horas moriré... Mi última esperanza la gastaré en que leas mis cartas y sepas que siempre has sido todo para mí, mi única razón de seguir de pié y seguir, solo en tu búsqueda. Te amo...

"Nunca dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy".

martes, 1 de febrero de 2011

¿De qué se trata? La fe de un tonto enamorado.

 Una vez me sentí perdido, desconocido y no era absolutamente nadie, pero, cuando te conocí te miré fijamente y me dí cuenta que serás mi salvación y luego te besé; descubrí que en tus labios puedo sentir los latidos de tu corazón... Esos que son dedicados a mí.

 Al tenerte lejos me doy cuenta que por ti hoy soy quien soy, tu imperfecto amor.

 Te confieso que quisiera entregarte mi vida, llenarte de rosas, componerte canciones, tomarte de la mano, escribirte poesía, llenarte de caricias, bañarte en mis besos y secarte con tiernos abrazos, realmente... Me fascina esto de ser de ti. Eres tú mi gran tesoro, mi única verdad y en ti se encuentra mi verdadera identidad; mi corazón lleva grabadas tus iniciales con una tinta imborrable y hace tiempo yo no creía en el amor, ni en el destino hasta aquella noche en la que nuestros pensamientos se envolvieron entre sí, y nuestras miradas se volvieron una... Una sola melodía en perfecta armonía conformaban los latidos de nuestros corazones locamente enamorados.


 Gracias por esa grandiosa noche, volveré cuando esté de nuevo a mi favor... Nunca olvides que desde mi cielo yo te quiero.