lunes, 3 de enero de 2011

Déjaselo al destino.

 ¿Cómo amarte viniendo de otro corazón? ¿Cómo prometerte un amor más que eterno, si la vida no lo es?

 Te quise ayer y te quiero, pero dime ¿quién sabe mañana? ¿Quién conoce las decisiones de Dios?

 Yo no conozco nada, ni sé nada y sinceramente prefiero que sea así, prefiero quererte y esperar a vivir lo que el futuro nos depara. Después de todo, al final es el comienzo lo que debemos vivir.

 Afrontemos el futuro con una sonrisa y todo el amor, tal vez nos encuentre simpáticos y nos destine a ser felices. Mientras tanto, no te preocupes por lo demás, ¿¡Qué importa si el se desprende el cielo!? Nosotros tenemos nuestro mundo. ¿¡Qué importa lo que digan!? Si nos basta nuestra compañía para estar en paz. Vivamos como nunca el presente, el que te he preparado con miles de estrellas de cariño, planetas de sueños y galaxias de amor. Así es nuestro mundo, incomprendido y especial, pequeño pero suficiente. Tan solo tu compañía es lo que quiero, deja que te muestre lo que llevo dentro, lo que siento, te juro que es lo más sincero.

 Aun no tengo la respuesta para amarte, pero quiero entregarme y quererte hasta que se me sea posible, si en algún momento se agotan mis deseos sé que tu me darás un beso y volveré a ser el mismo de nuevo, solo bastamos tú y yo para estar completos, aprovechemos el momento y duérmete en mi pecho, cobija te con mis brazos y escucha me decirte una y otra vez cuanto te quiero, cuanto te necesito.

 ¿Lo demás? Déjaselo al destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario